El estar en el retiro fue una experiencia agradable, entretenida e inolvidable, ya que siento que cada una de las personas que asistimos necesitábamos compartir y conocer más a fondo a nuestras compañeras de enseñanza media que al fin y al cabo, convivimos con ellas cada día a pesar de no entablar una conversación o simplemente saludarse.
El trayecto a la Virgen fue largo y cansador, pero con la compañía de mis compañeras, las niñas de los otros cursos y los profesores presentes, se hizo mucho más divertido y soportable.
Cada vez que descansábamos en los lugares indicados, compartíamos opiniones y reflexiones respecto a todo lo que estábamos experimentando en ese nuevo retiro y también a lo largo del camino.
Al llegar al punto final y el más importante, el cual era la Virgen, hicimos algunas actividades recreativas y luego fuimos a poner velas a los pies de ella, pidiendo por personas queridas o simplemente dando gracias por estar presentes en ese momento.
Después de todo esto, el camino a la entrada del Cerro fue mucho más corta, pero muy lenta, debido al cansancio que sentíamos casi todos luego de un día totalmente agotador. Pero lo negativo de la bajada, fue ese insecto, quién se aprovechó de mi mejilla para posarse allí sin ningún problema. Sin embargo, todo fue muy lindo, ya que reflexionados sobre temas que dejamos pasar sin prestarle el tiempo necesario para tomar conciencia de ellos.
Gracias a todos los profesores y compañeras que hicieron de esta experiencia, una bonita visita a la Virgen. Espero que se repita, quizás el próximo año.
Carla Ortíz, 1º Medio.
El trayecto a la Virgen fue largo y cansador, pero con la compañía de mis compañeras, las niñas de los otros cursos y los profesores presentes, se hizo mucho más divertido y soportable.
Cada vez que descansábamos en los lugares indicados, compartíamos opiniones y reflexiones respecto a todo lo que estábamos experimentando en ese nuevo retiro y también a lo largo del camino.
Al llegar al punto final y el más importante, el cual era la Virgen, hicimos algunas actividades recreativas y luego fuimos a poner velas a los pies de ella, pidiendo por personas queridas o simplemente dando gracias por estar presentes en ese momento.
Después de todo esto, el camino a la entrada del Cerro fue mucho más corta, pero muy lenta, debido al cansancio que sentíamos casi todos luego de un día totalmente agotador. Pero lo negativo de la bajada, fue ese insecto, quién se aprovechó de mi mejilla para posarse allí sin ningún problema. Sin embargo, todo fue muy lindo, ya que reflexionados sobre temas que dejamos pasar sin prestarle el tiempo necesario para tomar conciencia de ellos.
Gracias a todos los profesores y compañeras que hicieron de esta experiencia, una bonita visita a la Virgen. Espero que se repita, quizás el próximo año.
Carla Ortíz, 1º Medio.
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